El pueblo gitano tiene una antigüedad de miles de años. Desde la india durante siglos hasta llegar a Europa han estado en contacto con una diversa cantidad de culturas, las que en conjunto han entregado una sabiduría adicional a la que posee de manera particular.
Su valor es tal que incluso se les adjudica ser los probables creadores del tarot. Muchos hablan de la posibilidad de que fuera este mismo pueblo el responsable su expansión a través de los más lejanos lugares del mundo.
Dicha teoría podría tener mucho asidero. Ya que se conjuga de perfecta manera a la historia del desconocido origen del tarot.
La tradición en la lectura de cartas. Así como también de la quiromancia y otras artes adivinatorias afines. Es un legado ancestral que se entrega de generación en generación.
Desde muy niñas las mujeres provenientes de esta cultura comienzan a dar sus primeros pasos en el conocimiento de las diversas leyendas e historia, así como también en la práctica de múltiples artes esotéricas que acompañan fielmente sus tradiciones originarias.
Inicialmente su principal habilidad estaba centrada en la lectura de las líneas escritas en la palma de la mano y la forma de sus dedos. Una de las formas de conocer el destino que ha sido más abalada por el estudio de la cábala.
El mundo del tarot gitano estaba acostumbrado a vagar errante sin un destino fijo en su larga travesía a través del mundo.
Por esto es que aprovechando las habilidades innatas de videncia, tuvo que aprender a establecer sus conocimientos como una forma de ganarse la vida.
Quizás por este motivo, o tal vez tan solo buscando una amplitud de sus dones naturales, las mujeres gitanas de hoy en día han aprendido más sobre el tarot. Aplicando las vivencias particulares de un pueblo experto en cartomancia, y por ende en el manejo de su propio tarot, El tarot gitano.
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