Según C. G. Jung, Alquimista es toda persona que se propone cambiar internamente; todos tenemos la posibilidad de transmutar nuestra prima materia, los tránsitos nos llevan a determinadas vivencias que implican cambios y oportunidades para encontrar el propio Oro interior. Toda persona que está en la búsqueda de su cambio o transformación interna es un alquimista. En el proceso alquímico psicológico el alquimista representa nuestro elemento reflexivo, la conciencia, es aquel que acompaña y observa el proceso, ayuda a la prima materia amorfa a que vaya tomando forma. Para esto es necesario romper las estructuras autocreadas a través de las diversas experiencias y volver al origen. Este es el proceso del retorno de Saturno, por el cual se elimina lo viejo, lo caduco o aquello que ya no nos pertenece pero con lo que nos sentimos fuertemente identificados. Hacer este primer trabajo de limpieza interior implica un gran sufrimiento, que se intensifica si nos oponemos a él. Podríamos resumirlo en “Quiero cambiar aquello que no quiero cambiar”.
En esta resistencia ante el cambio, psíquicamente pueden ocurrir tres procesos fundamentales:
- Estructuración regresiva de la psique: donde el gran temor al cambio lleva a asumir actitudes y comportamientos regresivos infantiles que si bien proporcionan seguridad impiden el crecimiento. Esto puede asociarse al retorno Lunar por progresiones secundarias que coincide con el retorno de Saturno (27-30 años, 54- 60 años).
- Disolución en el Self: Donde el Self toma el control de la persona y esta queda inundada por los contenidos del inconsciente sin tener un asidero. Asociado al proceso de Solutio Inferior.
- Individuación: Donde Ego y Self están diferenciados y conectados, aquí se han dejado de lado las estructuras que dan seguridad y se ha vuelto a la esencia pero con la ayuda del alquimista- conciencia, Yo Superior que ayuda en el proceso como contenedor.
La persona vuelve al estado indiferenciado Ego-Self pero puede salir de él porque no se ha diluido.
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