Los antiguos daban diferentes nombres y epítetos e invocaban a los Siete Planetas (Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna) como los siete gobernadores generales del mundo. Por ejemplo, a Saturno lo llaman Celio; portador de la guadaña: padre de los dioses; Señor del tiempo; alto Señor; el grande; el sabio: el inteligente; el ingenioso; el evolucionador del largo espacio; el anciano de gran profundidad; el autor de la contemplación secreta, que pone en el espíritu de los hombres (o les quita) grandes pensamientos; el destructor y conservador de todas las cosas, que trastroca y establece toda fuerza v poder; él guardián y denunciante de las cosas ocultas; que hace perder y encontrar; y el autor de la vida y la muerte.
También califican a Júpiter; le llaman padre compasivo; rey de los habitantes del cielo; magnánimo; tronante; fulminador; invencido; el alto potentado; el gran Señor; el bueno; el afortunado; el dulce; el bondadoso; el de buena voluntad; el honesto; el apropiado; el adecuado y honrado; el Señor de la alegría y los juicios; el juez de todos; el mejor de todos; y el amo de las riquezas y la sabiduría.
Marte también se llama Mavors; guerrero poderoso; el ensangrentado; el sanguinario; el fuertemente armado; el portador de la espada; el magnánimo; el de fuerte potencia y velocidad impetuosa, contra quien nadie puede defenderse si quiere oponérsele; quien arruina las fuerzas y poderes, y destrona a los reyes; el señor del calor y el poder; quien inflama el corazón de quienes disputan y pelean, los prepara y les da audacia.
El Sol se llama Febo, Diespiter, Apolo, Titán, Pean, Fanes, Horus y Osiris como lo apreciamos en este oráculo: El Sol, que es Osiris, Dionisio, Horus, Apolo y el Rey; gobierna el día y la noche; crea los vientos y las lluvias; dirige los cambios de las estaciones; el soberano Rey de las estrellas, y el fuego inmortal. También se llama el arquero: el ardiente; el ígneo; el dorado: el portador de la llama; el radiante; la cabeza de fuego; la cabeza de oro; el ojo del mundo: Lucifer; quien ve mucho; quien lo tiene todo; creador de la luz: rey de las estrellas; gran Señor; el bueno: el afortunado: el honesto; el bello: el prudente: el inteligente; el sabio; el resplandeciente sobre el universo: el gobernador y vivificador de todos los cuerpos que tienen un alma: príncipe del mundo que tiene bajo su gobierno a todas las estrellas, que borra con su proximidad la luz y la virtud de todas las estrellas, quemándolas y superándolas, dando a todas su luz v belleza del fondo de su luz y esplendor. De noche se llama Dionisio, y de día Apolo, como si se dijese disipador de males; por ello los atenienses lo llamaban Alexicacon y Hornero Ulion, es decir, disipador de males. Pero se llama Febo a causa de su -belleza y del resplandor de su luz.
Se llama Vulcano a causa de la violencia de su fuego, porque su fuerza se compone de muchos fuegos. También se denomina Sol. Por contener él solo la luz de todas las estrellas.
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