Esta es una batalla mensual que la Luna emprende consigo misma, en relación con el Sol. La Luna entonces no tiene significado propio, es un espejo que refleja la luz solar. Cuanto a mayor luz refleje, mayor será su identificación con el Sol, es decir, con la conciencia. Cuanto menor sea su reflejo de luz, mayor será el dominio del inconsciente.
La fase natal de la Luna indica la forma que resolveremos nuestro dilema evolutivo y también el grado de realización que alcanzamos en la vida inmediata anterior. Los cuatro puntales básicos de este ciclo nos van a mostrar, en qué casa se encuentra la Rueda de la Fortuna. La Rueda es un punto ficticio que nos da la relación de la Luna con el Sol desde el ascendente o punto de encarnación –cuerpo físico-.
Quien nace en plenilunio, es decir, la Luna oposición al Sol, va a tener la Rueda de la fortuna en CASA VII. La misma distancia que hay entre la Luna y el Sol es la que existe entre la CASA y la Rueda. Por lo tanto quien nace en plenilunio, viene a trabajar las relaciones de pareja y las relaciones en general. Quien nace en novilunio trabajará su propia identidad e independencia, de cara al mundo.
La Rueda se encontrará en la CASA I. Quien nazca en el primer cuarto, significa que tiene una cuadratura creciente Luna -Sol, por lo tanto los temas familiares, karmas ancestrales –raza, genética, apellido- serán vitales en la vida de esa persona. Por supuesto va a tener la Rueda en CASA IV.
Un plenilunio, es decir una Luna en oposición al Sol, con planetas retrógrados nos va a mostrar básicamente un karma repetitivo relacional. Por lo tanto si la Luna hace conjunción a planetas retrógrados es porque ella se encuentra en fase Gibosa, plenilunio, o diseminaste. Toda una zona relacional donde se da la confrontación e intercambios con otras personas.
Cualquier conjunción de la Luna a planetas retrógrados nos va a indicar que el Sol se encuentra en la zona opuesta.
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