Por ejemplo, si la Luna está en la séptima casa en el horóscopo del hombre, bien aspectada, y si ninguna otra cósale contradice, el casamiento es casi tan seguro como pueda serlo cualquier otra cosa; pero si la Luna está en el séptimo signo en vez de estar en la séptima casa, el casamiento no puede predecirse con tanta confianza, incluso si los aspectos son los mismos. Es posible que el hombre desee casarse y sea apto para vivir felizmente en ese estado, pero la posición en el signo no tendrá la inevitabilidad de la posición en la casa; y antes de que se haga una predicción definida, debería observarse la influencia de cualquier planeta en la casa séptima, o, si no hay ninguno, la posición del señor de la séptima con relación a la Luna, Venus y el regente del ascendente.
No obstante, esta distinción entre signos y casas varía un poco según la edad del alma, de su posición en su carrera evolucionaría. Como se ha dicho en otro lugar, las almas más jóvenes están ahora muy profundamente inmersas en el cuerpo y, por consiguiente, son las que están más expuestas a la influencia de la posición de las casas, porque las doce casas corresponden al denso cuerpo físico, el cual, tomado solamente como cuerpo, puede ser el de un salvaje o de un santo, un idiota o un genio, y las casas significan el cuerpo de uno de la misma manera que significan el del otro. En el caso del alma joven y no evolucionada, la posición en la casa será casi absolutamente importante y una influencia maléfica o benéfica operará por sí misma con seguridad práctica.
En el caso del carácter fuerte y altamente evolucionado, un genio de alguna clase o un santo, las circunstancias se invertirán más o menos. Su fuerza o carácter o grandeza de alma es mucho más probable que esté significada por posiciones y aspectos en los signos que en las casas. La posición en la casa todavía intervendrá en su problema, pero mostrará hasta qué punto está adaptado el cuerpo para actuar como vehículo para este tipo de alma y hasta qué punto el karma de la vida corriente ayuda o impide a los poderes internos del alma.
No ejercerá tanta restricción y limitación, no habrá tanta inevitabilidad, como en el caso del alma más joven.
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