Se denomina Cuadrado Mágico al ordenamiento resultante de determinada cantidad de números, dispuestos en forma que den la misma suma por todos sus lados, ya sea horizontal, diagonal o verticalmente. El Cuadrado más sencillo es el que se obtiene por la permuta de los 4 primeros dígitos.
La suma de cualquiera de sus columnas es 10, el valor de los integrales del cuadrado es 40, y el total dela suma de sus ángulos es 80. Reducidas estas cantidades a sus números primos, obtenemos 1, 4 y 6, que son dígitos afines y que representan los armónicos del Cuadrado formado.
En el supuesto de que ese Cuadrado esté construido por los números que entran en un nombre, su formación no sólo proporciona el conocimiento de las personas (números) que armonizan con el nombre, sino que también dará la distancia relativa que existe entre ese nombre y las personas cuyos números componen el Cuadrado.
Si en vez de los integrales de un nombre, el Cuadrado se forma con los de la fecha de un evento, los armónicos resultantes darán a conocer la distancia proporcional de cuándo volverá a repetirse, así como la serie de progresiones que tendrán lugar antes de que se repita.
Esta propiedad de los Cuadrados Mágicos ha sido aprovechada desde la más remota antigüedad para resolver múltiples problemas aritméticos, a la par que para la confección de talismanes personales que, en virtud de su valor cabalístico, pueden ser propicios al individuo que los usa y cuyo nombre o fecha de nacimiento interpretan.
A fin de simplificar la confección de esos talismanes, la práctica ha sustituido los números personales por los asignados a los Cuadrados de cada planeta de nuestro sistema solar y como quiera que éstos abarcan los 9 dígitos, todas las personas pueden poseer un talismán que armonice con su propia vibración, aunque los números que lo formen no representen su nombre.
Por si algún estudiante se interesa en el tema, en la siguiente entrega indicaremos el procedimiento a seguir y el número que corresponden a cada planeta.
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