En Grecia se le llamó Hermes, que significa mensajero o intérprete. Es hijo de Júpiter y de la ninfa Maya.
Mercurio, el mismo día de su nacimiento se sintió ya tan apuesto y robusto que luchó con Cupido, le derribó de una zancadilla y robó su carcaj, indicando la facilidad del mercuriano para el mariposeo amoroso o para mantener el sentido común en el a veces ciego mundo del amor.
Caduceo de Mercurio
Mientras los dioses le felicitaban por su victoriosa hazaña, el pequeño dios robó la espada a Marte, el ceñidor a Venus, el tridente a Neptuno y el cetro a Júpiter; y estuvo a punto de hurtarle el rayo a su padre, Zeus, si no hubiera sentido temor de quemarse en los dedos. Aquí vemos la facilidad mercuriana para obtener los trucos y secretos que cada persona ha acumulado por su experiencia y que este dios sencillamente “toma prestados”. Por otra parte y, como es de suponer, esta anécdota nos dice que Mercurio puede ser también un ladronzuelo infantil y avispado. Por ello, él es el dios de los ladrones y de los tramposos.
A pesar de que el joven dios era el niño mimado de Júpiter, a su padre se le terminó la paciencia y lo envió a la tierra para que se formara en su juventud. Esto habla de la necesidad que tiene el mercuriano de experiencias terrestres duras, bien para superar su inmadurez o, tal vez, para lanzarse a las alturas celestes de la mente superior, una vez vencidas las pruebas materiales con las que a veces tanto sufre.
Mercurio fijó su residencia terrestre e Tesalia, donde pasó su juventud. El también desterrado Apolo se dedicaba entonces por allí a guardar el ganado del rey Admeto y, el dios de la rapidez, se aprovechó de un momento en que el dios solar tocaba la flauta para llevarse el rebaño y esconderlo en el bosque. Apolo le descubrió y se enfadó tremendamente con él, pero hizo las paces con Mercurio, porque éste dio al inmortal solar su lira de 7 cuerdas, inventada por él y hecha con una concha de tortuga y cuerdas de tripa de buey tirante. A su vez, Apolo obsequió a Mercurio con una varilla de avellano que tenía la propiedad de apaciguar las disputas y reconciliar a los enemigos. En este detalle observamos la importancia de Mercurio en las relaciones entre amigos, bien buscando la comunicación sincera o bien creando la más intensa envidia entre las personas.
Mercurio, para asegurarse de que la varilla tenía ese poder, la interpuso entre dos serpientes que luchaban ferozmente, enroscándose las dos inmediatamente alrededor de la varilla, formando el famoso Caduceo de Mercurio.
Este símbolo habla de las dos energías, positiva (Yang), negativa (Yinn) y del equilibrio entre ambas -el Tao- el cual será buscado con afán por los mercurianos superiores. Otra denominación de este símbolo es la de Gran Arcano.
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