El estado de nuestro ser interior es el que determina la naturaleza de nuestra realidad y cómo nos afectan las energías disponibles, qué hechos externos nos causan una impresión y cómo los experimentamos, evaluamos y respondemos frente a ellos. Este mundo reactivo en la Psicología Astrológica es expresado e interpretado por el Punto de la Edad, o Progresión de la Edad. Se trata de una progresión constante a través del tiempo que muestra cómo avanzamos por nuestro camino a través de la carta y por ello, cómo experimentamos todas las facetas de nuestro carácter a lo largo de la vida.
La elección de las técnicas utilizadas se ha visto influenciada por un importante principio orgánico: la simplificación. El método actual de utilizar nuestro intelecto es básicamente lineal y lógico. Es el enfoque de causa y efecto que procede mediante unos pasos analíticos precisos. Tiene la tendencia de dividir todo un organismo en sus partes constituyentes particulares, por lo que conlleva una fragmentación y una complicación excesiva hasta que al final perdemos la visión, tanto de los medios como de los objetivos.
En realidad, el hecho de que exista un gran número de técnicas no nos ayuda a llegar a una interpretación válida de la carta, sino que sólo consigue hacer que esta interpretación sea más difícil. Tanto en la enseñanza como en el pensamiento astrológico, a menudo se afirma que una interpretación sólo puede ser válida si ha sido confirmada por una cierta variedad de técnicas. En Psicología Astrológica pensamos lo contrario: si creemos que tenemos que hacer un cierto número de pronunciamientos con el fin de obtener claridad, ello significa que no hemos explotado suficientemente la información primaria de que disponíamos.
Esta es la razón por la que manifestamos muy claramente los principios básicos de nuestro método, que ya fueron tratados por Ptolomeo. Estas son las cuatro herramientas fundamentales:
1. Las figuras de aspectos: todos los aspectos son múltiplos de 30; muestran la motivación.
2. Los 10 planetas y el Nodo Norte: las herramientas que tenemos a nuestra disposición.
3. Los 12 signos del Zodíaco: nuestro carácter genético, los arquetipos.
4. Las 12 Casas o campos: nuestros condicionantes, nuestro comportamiento aprendido.
Esta información fundamental se utiliza con gran detalle y con definiciones precisas según la posición en una de las cuatro grandes áreas de la carta, y todo ello para sacar el máximo provecho.
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