El gran dador de la vida, el Sol, es el planeta que rige al signo de Leo. Por ello, a Leo se le denomina “el signo de la realeza del zodiaco”. El Sol, da a estos nativos una naturaleza muy noble -recordemos que a su alrededor gira el resto de los planetas-. La majestuosidad de los leoninos, les impide el que hagan cosas vanas y sin importancia: son los directores y jefes; no los empleados.
Sin embargo, como su naturaleza de amor es muy fuerte, no tienen ningún inconveniente para hacer aquellas cosas para aquellos a quienes aman. Los leoninos, son los mejores amigos que una persona pueda tener; sea ya en la abundancia o en la pobreza: son muy leales y sinceros. Al ser Leo un signo de carácter fijo, ponen todo su empeño y voluntad en conseguir -pese a quien pese- todo aquello que se han propuesto. Las causas y objetivos por los que luchan, los abrazan con toda su fuerza y entusiasmo, no dejando nada a medias.
Sin embargo, cuando el Sol de Leo está afligido -sobre todo por el planeta Marte u otro maléfico-, su naturaleza se cambia y se vuelve despótica, dominante y casi dictadora para todos aquellos que conviven con él. Un leonino mal aspectado, es la otra cara de la moneda y de la infidelidad en todos los aspectos. Ello, puede explicarse diciendo que la luz más brillante que nos da el Sol, a veces puede volverse oscura -por los malos aspectos que pueda recibir de los demás puntos de la carta astral-. ¡Hay!… de un Leo infiel. A Leo siempre se le asocia con la capacidad de organización y de autoridad, ya que suele asumir una actitud muy poderosa que suele expresar su capacidad para impresionar a los demás. Esto es: psicológicamente, los leoninos tienen una gran necesidad de poder.
Sin embargo, la característica principal de los nativos de este signo es su gran corazón y su generosidad, así como su gran entusiasmo y gran capacidad de liderazgo. Pese a todo, suelen dar una sensación de orgullo porque siempre buscan una expresión poderosa y directa. Bien puede decirse de los leoninos que a su paso, el fuego lo consume
todo -Leo, es un signo de Fuego-. Al igual que el león -el rey de la selva-, son fuertes y lo derriban todo a su paso; pero son tan nobles que perdonan y se olvidan fácilmente de los que los han ofendido -los Leo, son demasiado orgullosos para aprovecharse de sus victorias- Al igual que el noble león, los nativos de este signo suelen rodearse de una gran corte, a la que suelen “dar” con un desinterés total: sólo esperan un toque de admiración.
¡Y es que -realmente-, los nativos de Leo son totalmente dignos de admirar y de querer!: se lo merecen.
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