El signo de Géminis es el tercer elemento tanto de los signos dobles o comunes como de los del elemento de Aire. Significa el momento para la exteriorización de las ideas.
En el signo de Géminis, la mente sale al exterior e induce al nativo a que estructure el mundo de acuerdo con la ley del pensamiento. El trabajo de los geminianos sería muy importante y sublime si su interior se hubiera llenado con la Ley Divina, que empezó a interiorizarse en Acuario y a gestarse en Libra. El geminiano elevado, lleva en sí la ley y el orden y la trascendencia. Cuando se expresa, los demás sienten que todo es paz y armonía.
El géminis bajo, el convencional, será un gran especialista en la búsqueda de razones científicas que justifiquen y permitan la perversión sin que se sea consciente de obrar mal. Su impulso es el de convencer a los demás, por lo que a menudo se le puede encontrar en la radio y en la televisión; es decir: en los medios sociales de comunicación de masas – el ser periodista, es algo típicamente geminiano-. Cuando el signo de Géminis recibe malos aspectos, ello es un obstáculo para que el nativo pueda digerir la exteriorización de las ideas: será incapaz de poder traducir su realidad interna en el mundo real; por lo que nadie jamás podrá llegar a conocerle.
Si en Géminis hay un exceso de planetas, el sujeto tenderá a ir en muchas direcciones : en su interior sentirá que nada le es extraño y que todas las cosas son de su propia incumbencia -por lo que mentalmente, tratara de meter baza en ellas-. Si este tipo de geminiano no es un ser muy inteligente, se convertirá en el típico periodista -o transmisor de ideas-, de todo tipo de temas : hablará y hablará, escribirá y escribirá de todos los temas posibles y por haber sin haber entendido ni una sola palabra de cuanto está diciendo o escribiendo -es decir : comunicando-.
En el proceso de la creación Géminis está regido por Yesod y pertenece al mundo kabalístico de la Formación.
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